‘De ámbar y fuego’, cuento de otoño

Aunque siempre ha sido un personaje habitual de las fábulas europeas, por su carácter travieso e ingenioso, el zorro ha experimentado a lo largo de los últimos años una auténtica inyección de popularidad manga mediante, haciendo del kitsune una criatura habitual en historias de corte tan distinto como ‘Naruto‘ o ‘El zorro y el pequeño Tanuki‘, así como un recurso humorístico a la hora de caricaturizar personajes muy querido. Por supuesto a esto no es ajena la BD y para muestra este ‘De ámbar y fuego‘, un cómic de fantasía que nos presenta un pueblo de curiosos híbridos entre humano y raposa que ha sufrido un violento genocidio al que sólo ha sobrevivido una joven que por supuesto responde al nombre de Kitsune.

Con cierto aroma nipón que nos recuerda remotamente al espíritu de Ghibli, y que alcanza también a la presencia de la diosa Amaterasu (la diosa del sol, una de las principales figuras del sintoismo y que probablemente les suene a los fans de Tezuka) y el atuendo y nombre de alguno de los personajes, esta historia de corte medieval nos presenta una historia de venganza, pero también de redención. La cruzada de Kitsune, una mujer ávida de venganza tras la destrucción de su poblado y asesinato de todos sus habitantes, recibe el encargo de unos espíritus misteriosos de conseguirles el corazón puro del joven príncipe del reino, hijo del rey que instigó tan horrenda matanza. Pero el descubrir el valor del ámbar mágico que le ha sido confiado y que su objetivo, apenas un niño, es de talante muy distinto al de su progenitor, pueden operar un cambio profundo en las ideas de nuestra protagonista así como sacar a la luz un secreto del pasado que apenas sí alcanza a sospechar.

Sería fácil calificar ‘De ámbar y de fuego’ como una historia para niños. Pero su trasfondo siniestro y la maldad que exuda más de un personaje, pasando por la ambigüedad moral de su propia protagonista hacen de esta una obra más adecuada para el lector adolescente y los adultos amantes de la fantasía. Si bien estamos ante una de esas fábulas no carentes de moraleja y que nos deja esa sensación de que abre más puertas que cierra esta es una de esas apuestas que sabe fusionar la herencia cuentista con el aroma de las grandes sagas en una lectura agradable que deja buen sabor de boca. Pero lo que realmente llama y arrebata al lector es su cuidadisimo apartado gráfico. Su elaborado diseño de personajes, desde los principales hasta las simpáticas bellotas parlantes, y entornos, capaces de dar entidad a un mágico microcosmos entre lo hermoso y lo terrible que enseguida nos atrapa entre sus páginas, hacen de esta una obra que destaca desde su misma portada. Una cubierta que a pesar de su equilibrada sobriedad también es buena muestra de otro de los puntos fuertes de este álbum: el color. Sabiendo jugar con esa paleta de tonos otoñales que pide a gritos una obra ambientada en el reino homónimo, peto también con esa oscuridad que exigen las partes más sombrías así como los tonos propios de ese invierno en el que se desarrolla el epílogo del relato ‘De ámbar y de fuego’ es un auténtico festín visual que realza su narración.

Lejos de los cuentos de princesas, aunque sí tenga importante peso una familia real, a los que todos estamos acostumbrados, más cerca de obras, aún en otros medios, como la muy recomendable película ‘Wolfwalkers‘, este es un cómic que se lee dejándose arrastrar por su preciosa ambientación y la humanidad de sus personajes. Para niños creciditos y adultos soñadores una fábula que nos transporta a un mundo de fantasía que cuesta abandonar y que nos acompaña con dulzura tras el beso de buenas noches.